"La Lluvia" relato de Nilda Badaracco
Tres relámpagos iluminan la noche. Desde mi ventana alcanzo a ver algunas terrazas sucias, las medianeras de los edificios cubiertas de moho. Por ahora sólo relámpagos que encienden el cielo. Aún no llueve. Las puertas ventanas del balcón de enfrente se abren y una señora sale a recoger la ropa. Detrás de ella un hombre, supongo su marido, sale a ayudarla. Comienza a llover. Cae una fina lluvia sobre ellos en hilos paralelos, a veces formando torbellinos cuando el viento arrecia. Veo a ambos extendiendo los brazos y mirando hacia el cielo como recibiendo una bendición de esas primeras gotas que caen. Desbordan felicidad.
Sentada en la mesa del comedor frente a mi marido, tras un largo silencio y quizás, debo confesar, envidiando el cariño de esa pareja, le pregunto:
-Daniel. ¿Te diste cuenta que estuviste toda la tarde sin dirigirme la palabra, sin el menor gesto que reconozca mi presencia?
- (Silencio)
- ¡Daniel!, ¿Me estas escuchando?
- Si, claro. Pero no puedo desconcentrarme. ¡No le encuentro el final a mi novela!
- No le encontrás el final porque cada vez estás más alejado de la vida, de tu entorno, de las cosas cotidianas, de mí… ¡Fui complaciente con vos desde que dejé a mi querida familia en Holanda siguiendo tus pasos porque estaba enamorada profundamente. Pero…todo tiene un límite!
- ¡Vos sabías que te casabas con un escritor!
- Sí. Pero no con un personaje tan absorbido por su trabajo que se olvidó que tiene una mujer al lado que siente…que piensa…que tiene sentimientos .Me pregunto, ¿Dónde están las palabras que no nos hemos dicho? ¿Las caricias que no nos hemos dado? ¿No entendés que lo que no decimos, lo que no hacemos no muere. Queda como una herida que no se cierra, como una tristeza que nos llena de dolor?
¿No se te ocurrió pensar a vos, que sos un intelectual, dónde van mis sentimientos al no ser correspondidos? ¿Dónde quedan esas palabras contenidas que no me atrevo a expresar o en un soliloquio digo lo que siento y no me respondes?
Sabes dónde quedan y aprendé para tus novelas, en mi interior, en anhelos no alcanzados, en una angustia que me llena de temores, de incertidumbres, de amarguras…
- Pero Marisa ….¡Tienes todo! Confort, pas…
- No entendés . Me siento sola Me falta tu compañía, me falta compartir tus sueños, tus proyectos, a los que no tengo acceso por tu actitud .Siento que no formo parte de nada ni de nadie…¡Siento que mi existencia no tiene sentido!
Daniel sigue concentrado en su novela como si no me escuchara. Su silencio, su negación me produce un arranque de ira..
Tomo mi abrigo … mi cartera y… me voy.
Adiós…
Y allá me alejo…sin destino … bajo la lluvia…No la siento…me siento como esas gotas que caen a las alcantarillas sin saber su paradero…”lluvia en el corazón, lluvia en el alma”..
Maravilloso,Nilda muy bueno felicitaciones
ResponderEliminarMe gusto mucho, te felicito, corto pero linda temática , desde lo emotivo a la intriga
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