Pedro Páramo
de Juan Rulfo
"Vine a Comala porque me dijeron que acá
vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que
vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo
haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. “No
dejes de ir a visitarlo”- Me recomendó-. Se llama de este modo y de este otro.
Estoy segura de que le dará gusto conocerte”. Entonces no pude hacer otra cosa
sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aún
después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes
me había dicho:
-No vayas a
pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio…
El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
-Así lo haré,
madre.
Pero no pensé
cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a
darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo
alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado “Pedro Páramo”, el marido
de mi madre. Por eso vine a Comala."
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