martes, 5 de enero de 2021

 





Hoy escribe Gladys Veléz...
"Noche de reyes"
                        
  En el porche habíamos dejado comida y agua para los camellos. 
  Vivíamos en Azcuénaga 311. 
   Papá había cortado el césped. 
   Mamá nos ayudó a juntar el pasto e hicimos una montañita bastante alta como para que los camellos tuvieran suficiente alimento. En una palangana vieja de aluminio pusimos agua.
  Esa noche nos mandaron a dormir bastante temprano. Mamá nos recomendó dejar los zapatos cerca de la puerta del dormitorio. 
  Un trueno me despertó y sobresaltada me acurruqué.
   Néstor de un salto se metió en mi cama y me obligó a correrme, bien al borde; ahí quedé, haciéndole lugar. Él se tapa la cabeza con la sábana y yo hacia equilibrio para no caerme. 
  Los relámpagos iluminaban el cuarto y las sombras que proyectaban los muebles me parecían monstruos amenazantes. 
  Mi hermano era pequeño y con razón sentía miedo. 
  La tormenta se mezclaba con ruidos extraños. 
  Me pareció escuchar risas. 
  Me pareció oír "shhh…que se van a despertar..."
  Me pareció que esa noche entre sombras y ruidos se escapaba la última inocencia. 
  La mañana del 6 de enero de 1947 el sol entró a raudales en la casa. 
  Néstor, que siempre fue remolón para levantarse, fue el primero en correr hacia los zapatos. 
  Junto a sus botitas con plantillas del Dr. Scholl había una bicicleta. Una bicicleta de color celeste metalizado con rueditas de apoyo en la parte trasera. El asombro y la alegría no podían reflejarse mejor en su cara. 
  Junto a mis zapatos Guillermina blancos había una caja enorme con una muñeca Marilú. Casi temblorosa la tomé en mis brazos y acaricie sus rulos. 
  Veo a papá y a mamá contemplando la escena.
  Néstor se acordó de la comida de los camellos y fuimos al porche. No había nada, la palangana estaba vacía y unos terrones de barro ocupaban el lugar del pastito. 
  Esa mañana se restableció el orden que había perdido durante la noche y nunca más dudé de la llegada de los Reyes Mago. 
  Tal vez por eso, hoy 5 de enero del 2021, dejaré en un porche imaginario mis zapatos para que los Reyes Magos nos traigan salud, paz y que le lleven a Néstor en la estrella donde esté la sonrisa iluminada de sus nietos. 








1 comentario:

  1. Que tierno,auténtico y emocionante recuerdo.Gracias por compartirlo.

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