“El sol detrás del limonero”(2018), donde se tensa el límite entre narración y poesía. Lo expresó Guillermo Saccomanno: “la prosa es pura poesía y los poemas, puro relato”. La autora acude a un destacado autor de la temática inmigratoria, Antonio Dal Masetto: “Nuestra tarea es contar historias y recuperar aquello que llevamos en la sangre”.justamente éste es el cometido, recobrar la historia de los orígenes, en las montañas de Peli, pequeño pueblo en el norte de Italia. Hacia allí partió teniendo como guías de viaje las cartas que su abuelo recibía en Burzaco de su familia italiana y las que enviaba, que hablan del dolor del desarraigo, de esa perenne tristeza por no regresar, no volver a ver los rostros amados.”Somos narrados, hablados por el lenguaje””. Se escribe para entender la vida, para explicar lo que pasa. El abuelo es el puente entre dos mundos: el del origen y el de la apuesta del inmigrante en búsqueda de un mundo nuevo, de mayor libertad y crecimiento personal; que quizás nunca colmó las expectativas, por el desgarro significativo de nunca poder regresar, de no ver más a quienes se dejó en Italia.
La trama encierra una historia impregnada de poesía, íntima, social: refleja la pobreza campesina, las guerras, el fascismo devastador, la resistencia, la genealogía de una inmigración cuyo duro nombre es exilio. Pradelli ahonda en una herida pero también piensa en la sutura .Es la narrativa de la identidad, rayana en lo poético, un estilo sobrio que pinta el mundo del inmigrante con palabras cargadas de significación, haciendo hablar al silencio, a las cavilaciones como en el mundo de la huerta, haciendo cómplices a las plantas del dolor y la esperanza que se renueva de la mano de la nieta como sempiterna acompañante.
En “ El sol….Ángela aborda la memoria familiar entramada con duros procesos de adaptación y acomodación ( de campesino a trabajador del ferrocarril) frente a la dramática disyuntiva de abandonar el “paese” para buscar progreso, libertad y paz en nuevas tierras lejanas. El regreso será una quimera, siempre en el horizonte, que se aleja de las reales posibilidades; lo concretará la escritora para cerrar la experiencia vital iniciada por el abuelo y su propio territorio de sueños.
La narrativa de Pradelli conduce a sus lectores por corredores fluidos hacia territorios nuevos, aprovechando para jugar con la contaminación de géneros entrelazada con la experiencia vital, involucrándolos de modo conmovedor. Es su camino hacia el origen, para remontar el árbol genealógico y escribir un texto mestizo con cartas, poemas, voces y testimonios, “ la escritura es pura libertad” declarará siempre; es fruto de la interioridad, de la profundidad y riqueza de sentimientos. Así demuestra cómo ese abuelo casi analfabeto, con herramientas mínimas puede plasmar con palabras la riqueza espiritual que lo caracteriza. Esta riqueza, asombró a la nieta, al leer las cartas,lazo con los amores que esperan en Italia, para ello trabajará duro para que su mujer e hijo (padre de Ángela) emigren para vivir juntos. La autora recuerda el Diario del abuelo “él fue el primero que anotó la herida en un cuaderno y me enseñó a apuntar el sufrimiento en los papeles”, la herencia escrituraria que recoge y enriquece. Ese cuaderno registrará la enorme nostalgia hacia los seres que quedaron tan lejos y se constituirá en el puente entre Italia y la Argentina, incluirá anécdotas, recuerdos, acciones, de acá y de allá.
“El sol detrás del limonero” es una imagen repetida en tantas situaciones de inmigrantes, no abandonar la tierra, simbolizada por la huerta y aceptar a la industria, como la razón de supervivencia. El limón, el laurel, tan caros a los sentimientos inmigrantes, las frutas, las verduras, la vida, los ciclos de la naturaleza, el agua, ese rincón que permitía volver aunque sea de a ratos a los orígenes campesinos y a la unión con la propia tierra. Es el lugar de la nostalgia, de las canzonetas, de las lágrimas y de la aceptación de la realidad.
La autora enlaza la historia de los orígenes, “el dolor queda para siempre”,con su viaje a Peli, el encuentro con la familia y las raíces, allí llega a comprender la vida,. leyendo las cartas y compartiendo recuerdos con sus primos. Es llegar dónde todo comenzó, una tierra donde la lengua es otra. Y agrega: “Tal vez he venido aquí, para esto, para que el cuerpo recupere el volumen y la densidad de todo lo que vive en nosotros sin palabras, la extensión del silencio”.
La novela concluye con un magnífico remate lírico, la esencia de esta increíble Arte Poética que proclama la escritora como epílogo de su obra.
Algunos días llegan esos instantes
en los que un fuego conocido me trae fragmentos
de una poesía que me rodea desde la infancia.
Son como soplos que me devuelven al pasado
Y a una felicidad sin condiciones, libre de todo.
LA LENGUA VIENE HASTA MÍ PARA SALVARME…
Una lectura que subraya lo formal y se detiene en lo poético logrando una perfecta síntesis. Muy buen trabajo Matilde
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