Las diabluras de César Aira
Llegamos al final de “Un sueño realizado” con la íntima
sensación de que debemos seguir leyendo las obras de César Aira para su mayor
comprensión.
Todas las estrategias de derivación nos conducen a
seguir indagando en su obra para entender que las relaciones de analogías determinan
la continuación. La significación expandida en donde incluye códigos
socioculturales además de hipotextos e intertextos (según diferentes teóricos)
como marcas de productos o “qué noche de casamientos” página 158 edición Emecé
2018 hacen pensar en una prosa hecha a base de discursos o relaciones que el
arte establece dentro de su sistema.
Esta narrativa rompe con la escritura en la que un
narrador omnisciente cuenta una historia en forma lineal reflejando ciertas
estabilidades universales para hablar de realidades complejas, irracionales y
arbitrarias.
Según Umberto Eco, lo primero que dice una obra, lo
dice a través del modo de configuración.
La visión de un mundo en crisis, de un hombre
fragmentado se manifiesta en las obras de César Aira en donde hay un constante
cuestionamiento hacia las formas de enunciarlo.
Lo paradójico de este autor es, que si bien su obra
parece romper con esquemas ya dados, entra en divagaciones y elucubraciones
teóricas propias del ensayo y la literatura decimonónica.
Alterna con el uso de la primera persona una voz
testimonial y una voz lírica; una voz urbana y una voz seudocientífica.
En Aira el discurso irracional con cierta adhesión al surrealismo
privilegia la entrada a espacios y tiempos existenciales; sueños e imaginación
que rompen los nexos narrativos. Por eso dice: “Yo obtengo lo que no obtiene
casi nadie (...)” y eso nos remite a su abundante producción.
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