viernes, 28 de septiembre de 2018

Las diabluras de César Aira




Llegamos al final de “Un sueño realizado” con la íntima sensación de que debemos seguir leyendo las obras de César Aira para su mayor comprensión.
Todas las estrategias de derivación nos conducen a seguir indagando en su obra para entender que las relaciones de analogías determinan la continuación. La significación expandida en donde incluye códigos socioculturales además de hipotextos e intertextos (según diferentes teóricos) como marcas de productos o “qué noche de casamientos” página 158 edición Emecé 2018 hacen pensar en una prosa hecha a base de discursos o relaciones que el arte establece dentro de su sistema.
Esta narrativa rompe con la escritura en la que un narrador omnisciente cuenta una historia en forma lineal reflejando ciertas estabilidades universales para hablar de realidades complejas, irracionales y arbitrarias.
Según Umberto Eco, lo primero que dice una obra, lo dice a través del modo de configuración.
La visión de un mundo en crisis, de un hombre fragmentado se manifiesta en las obras de César Aira en donde hay un constante cuestionamiento hacia las formas de enunciarlo.
Lo paradójico de este autor es, que si bien su obra parece romper con esquemas ya dados, entra en divagaciones y elucubraciones teóricas propias del ensayo y la literatura decimonónica.
Alterna con el uso de la primera persona una voz testimonial y una voz lírica; una voz urbana y una voz seudocientífica.
En Aira el discurso irracional con cierta adhesión al surrealismo privilegia la entrada a espacios y tiempos existenciales; sueños e imaginación que rompen los nexos narrativos. Por eso dice: “Yo obtengo lo que no obtiene casi nadie (...)” y eso nos remite a su abundante producción.






             


                                               

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