"SI
NO FUERA YO" de Mónica
Que
seria?
Un
ave?
Una
rosa?
Una
abeja?
Un
sentimiento en el aire…
Una
voluntad que se anima…
Una
certidumbre…
Un
objeto trivial…
Una
fantasía…
Que
seria quizás yo?
Si
no fuera yo
Andrés
llegó del colegio a las seis de la tarde y sofocado, tiró mochila, campera y
paraguas. Cuando partió al mediodía llovía a cántaros, pero luego, al salir el
sol y como pasa en esta época, el clima se hizo insoportable.
Asomándose a la escalera, llamó a su madre
a los gritos – mamá, llegué, me muero de hambre, quiero la leche y pan con
manteca.- Al finalizar la merienda, le susurró – sentate, quiero decirte una
cosa- No sabía cómo empezar la conversación; finalmente le dijo - el próximo
fin de semana queremos ir a pescar a Chascomús con dos compañeros-.
A cada
negativa de su madre, le rogaba con distintos argumentos para lograr su
aprobación.
A la noche, cuando llegó el papá, tuvieron
una larga charla y luego de mucho, lograron un consenso y le fue otorgado el
permiso.
Andrés tenía 17 años.
El sábado a las 7 de la mañana, partieron
rumbo a la Laguna cargando mochilas, la carpa, elementos de pesca y bolsos
llenos de casas ricas que aportó cada familia.
-¿Llevan los documentos?- -¿tienen plata suficiente?- -¿los celulares cargados?-.
Por la tarde, al no tener noticias de su
arribo, las llamadas a los distintos celulares no pararon un segundo. Por tal
motivo, los padres, enloquecidos, decidieron partir ese mismo día en el coche
de uno de ellos rumbo al sur.
Nada: fueron a la comisaría, al hospital, recorrieron calles y boliches, tampoco estaban en ningún camping. Nadie los había visto…
Fueron dos días de angustia y dolor. La incertidumbre demolía a cada familia.
El domingo a la tarde, tipo seis,
aparecieron cabisbajos, como apaleados, sin dinero, sin comida y sin un solo
pescado. ¿Qué pasó?
Finalmente confesaron: no prendieron los
celulares para que no siguieran su rastro.
“Se fueron
con tres chicas non santas a una isla del Delta”.
Por supuesto sabían lo que les esperaba, pero como dijeron después -¡lo pasamos bomba!-
Lo ocurrido con posterioridad, es algo que
quedó entre las cuatro paredes de cada casa.
Volvió a su lugar natal, luego de haberse marchado a la guerra, 4 años atrás. Francisco
participó y sufrió penurias y pérdidas en esas duras batallas en el otro
continente.
Pero un recuerdo hermoso lo mantenía vivo, esperanzado con su antigua
novia del colegio.
Tras un breve descanso se dirigió presuroso y alentado al parque del
centro de su pueblo: sitio preferido de los encuentros juveniles y cita de los
primeros amoríos.
Seguro estaría ella, Julia con sus amigas.
En un banco frente a los juegos, la hallo; observando las piruetas de un
pequeño niño, rubio de cerca de tres años, que retozaba alegremente.
Francisco pensó: ¿sería ella?,¿Cuándo formó pareja? ¿ quien sería el
padre?.
Recordó entonces de otro joven mayor que ellos, abogado y de mejor
pasar, Alfredo: hijo del principal empresario de la ciudad.
Lentamente se increpo y fue calculando el tiempo perdido que la había
soñado, ahora todo se derrumbaba, no más ilusiones. Tomó una larga vara y se
montó en su bicicleta, mientras recorría las calles , golpeaba con fuerza todas
las verjas hasta que se estrelló contra el paredón de la iglesia; solo unos
simples moretones y rumbeo a su casa.
Más calmado y luego de una reconfortante taza de chocolate, bien
caliente, se puso a meditar ¿Cómo haría para hacer fracasar a Alfredo?.
Entonces se le ocurrió organizar un mal negocio que lo involucrara y así
perdería su empleo y fama.
Subió a su habitación en el altillo y en su vieja cama se recostó,
mirando las lejanas montañas ya nevadas. El espejo le devolvió una cínica
sonrisa dibujada en su rostro.