"La palabra que sana"
"Atajos y caminos reales"
A María Ignacia, Ñata.
Manuel Eduardo, Lito
In memoriam.
Fragemento:
" El sol sufría de pereza esta mañana. El
perfume a café recién preparado y las tostadas que Emma estaba haciendo me
obligaron a apurar mi arreglo personal. Cuando me reuní con mis amigos en el
comedor las cortinas estaban totalmente
corridas y a pesar de lo nublado el lago se veía majestuoso. Una brisa
persistente ondulaba su superficie.
__Emma me dijiste que me contarías la
historia de ese Barón Biza.
__Cuando mis padres vivieron en Alta Gracia
esa historia era la comidilla de los cordobeses porque alrededor de esta
familia se unían las excentricidades y las tragedias.
__ ¿Dónde es Alta Gracia?
__Alta Gracia es una hermosa ciudad de la
provincia de Córdoba.
__Tanto Alta Gracia como Córdoba me suena a
España.
__Aquí todo es así. Algarrovillas de
Alconetar y su santuario de Alta Gracia le dio nombre a nuestra ciudad.
__No todo mujer, porque en la dichosa
novelita de El Barón hay palabras que me sonaban a italianas o ¿me equivoco?
__No, no te equivocas, recurre al “cocoliche”
el protagonista para situarnos a los lectores en el extrañamiento, hay
extrañeza en la identidad narrativa.
__A su juego la llamaste. Dijo Juan,
riéndose.
__ ¿Y cómo sigue tu cuento? Miré a Emma
haciendo caso omiso al comentario de Juan.
__Bueno, te contaba que mis padres vivieron
allí, era una ciudad regia, señorial, el Sierras Hotel albergaba a lo más
granado de la sociedad argentina. Fueron huéspedes Fabiola de Bélgica y el príncipe Leopoldo Balduino, Einstein
dicen que pasó por allí y que los huéspedes se deleitaban con la música de
Manuel de Falla, que vivió y murió en Alta Gracia. Muy cerca de la ciudad, sobre la ruta que
lleva a la capital cordobesa se levanta un imponente monumento. Por aquellos
tiempos era muy visitado, el ala de un avión es la forma impresionante que
tiene el mausoleo. La mujer que está allí enterrada es Myriam Stefford una
aviadora que fue esposa de Raúl Barón Biza, el padre del autor del libro “El
desierto y su semilla”. Dicen que Myriam era actriz en Viena y que cuando se
casó con el millonario Raúl dejó todo y se dedicó a tomar clases de piloto
aéreo. Realizó un raid con el avión “Chingolo I” y después de tener un
aterrizaje de emergencia por el norte argentino, siguió volando en el “Chingolo
II” y se estrelló en la provincia de San Juan, cerca de Marayes, donde perdió
la vida. Para evocar su memoria Barón Biza mandó construir el mausoleo que
tiene ochenta y dos metros de altura y se inauguró en 1935.
__Bonita historia.
__Hasta allí todo bien, fíjate que a seis
metros de profundidad está la cripta con los restos de Myriam y dicen que allí están
también sus joyas.
__ ¿Por qué dices hasta allí, qué pasó?
__El
mausoleo ha sido saqueado y contaban mis padres que había una placa de
mármol negro que decía: “Maldito sea el violador de esta tumba”. Pero el libro
que tú leíste en Buenos Aires cuenta otra historia que también tiene mucho de
verdad y es la de la madre del autor, que fue víctima de terribles quemaduras
en la cara porque su marido le arrojó ácido.
__Bueno, bueno, esto sí que se va poniendo
interesante.
__Por eso te dije excéntricos y trágicos
los Barón Biza. Suicidios tras suicidios el autor de la novela también se
suicidó.
__Gab, me acompañas al centro ¿verdad? Dijo
Juan.
__Sí, si voy a buscar la cámara fotográfica
y un abrigo. Parece que el sol está un poco remolón hoy día.
__Esta noche te completo el cuento, porque
la mujer quemada era una Sabattini. Ya te enterarás, gallego.
__No me cambies de terruño, que aquí a
todos nos llaman gallegos pero yo pertenezco a otro país.
__Apúrate, separatista, apúrate. Decía Juan
muerto de risa.
__Que sí, hacemos límite con España, pero
nosotros somos otra cosa.
Las risas seguían hasta que Emma nos
saludaba desde el jardín y el auto tomó la avenida Bustillo para mezclarse con
el tránsito."
Vélez, Gladys: Atajos y caminos reales, Edición del autor, Quilmes, 2011, página 45.