jueves, 23 de septiembre de 2021


"Cine prado" de Elena Poniatowska (Fragmento)

   Señorita: 
  A partir de hoy, usted debe borrar mi nombre de la lista de sus admiradores. Tal vez debiera ocultarle  esta deserción. Pero callándome, iría en contra de una integridad personal que jamás ha eludido los compromisos de la verdad. Al apartarme de usted, sigo un profundo viraje de mi espíritu, que se resuelve en el propósito final de no volver a contactarme entre los espectadores de una película suya. 
  Esta tarde, más bien esta noche, me destruyó usted. Ignoro si le importa saberlo, pero soy un hombre hecho  pedazos ¿Se da cuenta usted? Soy un hombre que depende de una sombra engañosa, un hombre que persiguió su imagen en la pantalla de todos los cines de estreno y de barrio, un crítico enamorado que justificó sus peores actuaciones morales y que ahora jura separarse para siempre de usted, aunque el simple anuncio de Fruto prohibido haga vacilar su decisión...   








 

jueves, 16 de septiembre de 2021

 


"Felicidad clandestina" de Clarice Lispector (Fragmento)


 Ella era gorda, baja, pecosa y de pelo excesivamente crespo, medio amarillento. Tenía un busto enorme, mientras que todas nosotras todavía eramos chatas. Como si no fuese suficiente, por encima del pecho se llenaba de caramelos los dos bolsillos de la blusa. Pero poseía lo que a cualquier niña devoradora de historietas le habría gustado tener: un padre dueño de una librería. No lo aprovechaba mucho. Y nosotras todavía menos: incluso para los cumpleaños, en vez de un librito barato por lo menos, nos entregaba una postal de la tienda del padre. Encima siempre era un paisaje de Recife, la ciudad donde vivíamos, con sus puentes más que vistos. Detrás escribía con letra elaboradísima palabras como "fecha natalicio" y "recuerdos". Pero qué talento tenía para la crueldad. Mientras haciendo barullo chupaba caramelos, toda ella era pura venganza. Cómo nos debía odiar esa niña a nosotras, que éramos imperdonablemente monas, altas, de cabello libre. Conmigo ejerció su sadismo con una serena ferocidad. En mi ansiedad por leer, yo no me daba cuenta de las humillaciones que me imponía: seguía pidiéndole prestados los libros que a ella no le interesaban. Hasta que le llegó el día magno de empezar a infligirme una tortura china. Como al pasar, me informó que tenía Las travesuras de Naricita, de Monteiro Lobato.







jueves, 9 de septiembre de 2021


"La sed" de Hernán Arias



"Nada tan complejo como narrar la historia de una mirada cuando el mundo parece recién creado. En La sed, el ojo del narrador extrae del paisaje un retrato asombroso de la infancia: la vida adulta como infierno nómada; la pampa, la familia, el alcohol y el ritual de la caza como instantes de peligro que desafían la inocencia. La prosa de Hernán Arias es milagrosa porque articula la forma más misteriosa de la temporalidad -el recuerdo-, en un continuo de horas y días indivisibles. ¿Por qué llevar la memoria tan lejos, a un límite tan parecido a la muerte? Para que suceda la infancia. En ese plano semejante a un espejismo, algo extraordinario y mínimo siempre está por ocurrir en la pampa.
 Pocos escritores pueden dominar la infancia desde una nostalgia cerrada, sin arruinar su enigma. Por suerte Hernán Arias es una de las excepciones y da cuenta de eso en una primera novela que, si invirtiéramos los tiempos de la vida, podría ser el resultado de años futuros de escritura."

Oliverio Coelho



 

miércoles, 1 de septiembre de 2021


"Volver a los 15" de Matilde Robustelli 

Los primeros tiempos fueron terribles: lo hablaba todas las semanas con mi terapeuta, lo analizaba en mis ratos a solas, había momentos en los que creía no poder salir de esa red de elucubraciones negativas que me tenía atrapada…Rogaba que se cerrara esa herida y pudiera resurgir.
Era inevitable volver siempre a mi fiesta de 15, tan soñada, tan esperada, planeada hasta los mínimos detalles. Mis padres no escatimaron recursos materiales, ni horas destinadas a la realización del evento. Todo fue perfecto. Mis amigos estaban felices al igual que todos los invitados; los regalos: increíbles. Al amanecer, nadie quería irse. Sentía que algo indescriptible recorría mi cuerpo, con un dejo de absoluta felicidad.
Al otro día, todavía emocionada, volé con mi madrina a Nueva York, era su regalo y lo habíamos planeado minuciosamente. Pasamos días increíbles, recorriendo barrios, comprando ropa y recuerdos, vivenciando otro estilo de vida. ¡Cómo lo disfrutamos! Pero, nunca olvidaré la noche previa al regreso.
Salí de ducharme y prontamente vi el rostro demudado de mi madrina, reconocí al instante que algo la preocupaba. Enseguida me dijo: Sentate, tengo que decirte algo. Ansiosa, espeté: Decime, decime.
-Tus papás tuvieron un accidente…
-Accidente? Dónde? Cuándo? Están internados? Pero si hablé con mamá ayer?
-Recién habló tu tía Marisa, se escuchaba mal, más tarde cuando regresemos de cenar nos llamará.
-Ok, agregué.
En la cena hablamos de temas triviales, pero mi percepción me decía que mi madrina sabía algo más. No quería mirar mi celular, por las dudas.
Todo lo que siguió después prefiero pasarlo por alto…
Han transcurrido diez años, tengo 25, fui elaborando el dolor, soy una mujer bien plantada, con muchos proyectos. Amo mi carrera.
Mis tíos Marisa y Nicolás me dieron mucho amor…
Todo quedó atrás, a pesar de la cruel verdad de lo que sucedía entre mis amados padres….
Creo en el amor y estoy decidida a ser feliz.