Ellos conocen sus tiempos, son fugaces, breves pero intensos y profundos, dejan huellas en sus cuerpos, con cada caricia, con cada beso.
Se encuentran en el cuarto del edificio de la avenida, este lugar sabe mucho de ellos, los ve llegar impacientes, temerosos, observando ambos a cada lado de la calle y luego entrar presurosos, sus manos tiemblan, pero todo esto termina cuando la puerta se cierra, y ahí si sus deseos escapan vertiginosamente.
Ahora que están juntos ya nada importa, ambos su pasión sueltan, lentamente, como siempre sucede cuando pueden verse, entonces son ellos y el tibio lecho que los anida como si fuera para siempre.
Luego vendrá otra vez la realidad, separarse y partir, cada uno por su lado, los espera un mundo diferente, otra casa, otra vida y volver a estar anhelando el día que puedan encontrarse a solas nuevamente.
Mientras tanto cada uno siente como si estuviera dentro mismo uno del otro, te ando, te camino y es como si dentro tuyo hallase montoneras de pequeños cariños.
Saben que pronto volverán a la avenida, ambos de lugares distintos y caminaran bajo las nubes solitarias siempre pensando en el nuevo encuentro.
Muy lindo
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