jueves, 26 de septiembre de 2019



          La concepción del tiempo en la obra de William Faulkner
  
      "El sonido y la furia" no es una obra de complaciente comodidad, hay que mantener una atenta lectura para penetrar en las complejidades del relato.
      La concepción del tiempo en Faulkner es más cualitativa que cuantitativa y la cronología pierde valor ante el estado de conciencia articulando el suceder en un flujo temporal de acuerdo a las vivencias de los personajes.
      Los conceptos de Henri Bergson (Nobel de literatura 1927) en donde el tiempo real es una pura duración que  se capta en la experiencia interna influyó en su obra.
     Los instantes valen de diferente modo, un momento penetra en otro y queda ligado a él.
     Para Bergson la realidad es duración creadora, élan vital; esta noción también la percibe el hombre a sí mismo.
     El yo interior funde los estados de conciencia experimentados por la intuición. Para Bergson la memoria no va del presente al pasado, de la percepción al recuerdo, sino del pasado al presente, del recuerdo a la percepción.
     Creemos que en  "El sonido y la furia" se pueden constatar algunos aspectos de la teoría bergsoniana.
     Faulkner usa un lenguaje preciso, recurre a imágenes y metáforas y capta la noción de tiempo real en una pura duración.
     El padre de Quentin en el Capítulo 2 de Julio de 1910 dice: "Un momento penetra en otro y queda ligado a él. Es inútil ir en búsqueda del tiempo perdido; no hay reversibilidad del tiempo. El tiempo es nuevo a cada instante" Cuando el padre de Quentin le regala el reloj del abuelo dice "Te lo doy no para que recuerdes el tiempo sino para que puedas olvidarlo de cuando en cuando por un rato y no malgastes todos tus esfuerzos tratando de conquistarlo. Porque ninguna batalla se gana jamas, dijo. Ni si quiera son libradas. El campo de batallas solo revela al hombre su propia locura y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos y de tontos"






jueves, 19 de septiembre de 2019


En escritoras quilmeñas hoy presentamos a: Teresa Leal

   Porteña, nacida en Caballito, reside hace 45 años en Quilmes, Provincia de Buenos Aires. Su poemario pretende demostrar que el amor es la fuerza emblemática de la vida, y el más fuerte elemento para enfrentar la adversidad.


 Volvamos

Amor, no te vayas
Sácame de este pozo
No dejes que me ahogue 
Necesito ese rumbo nuestro,
Nuestra meta.
Ese campo fértil para empezar de nuevo,
Con nuevas ilusiones.
Donde sembrar esperanzas que ya creía muertas.
Un cielo nuevo donde prender nuevas estrellas,
Donde poner el sol que estalla en mi cabeza.


Ayer

Del amor que vos y yo llevamos
Ahora vos llevarás mi dolor y mi huella
Y yo llevaré tu sonrisa y tu mirada
Nada nos ata, ni el amor eterno ni el amor fugaz.
Yo fui tuya, como vos mío
Atrás quedó la palabra vacía
Y un conjunto de momentos ardientes.
Ya está, vos tendrás quien ame lo que he amado yo
Yo seré el camino indeciso que no vuelve más.
Mirá, esta madurez que  llevo. 
He sido un dulce sueño, 
Bello y penoso
Nació y murió en tus ojos, en tus brazos
De allí vengo.
Y así, el amor quedó en silencio
Y así, con él me voy.


"Mágicos senderos" Páginas 105 y 107. Editorial el escriba, 2010




jueves, 5 de septiembre de 2019



      El sonido y la furia 


 Esta extraordinaria novela de William Faulkner ha tomado su título de un monólogo de Macbeth: "El cuento de un idiota, lleno de sonido y furia, sin significado".
 Sus cuatro partes, de desconcertante cronología -tres monólogos y una narración omnisciente- relatan, con la densidad y el peculiar estilo faulknerianos, la decadencia de una vieja y tradicional familia del sur de los Estados Unidos. 
 El sonido y la furia es la fábula del hombre en lucha con el tiempo y la tradición, en lucha con contradicciones que no alcanza a explicarse. Y es, a la vez, la magnífica imagen de este hombre semiciego y contradictorio en busca de su libertad esencial.

Paratexto de la colección los libros del mirasol.