Seguimos presentando a nuestras escritoras quilmeñas
Hoy un cuento de Amalia Alaimo.
Vocación
En soledad tuve tiempo de andar y desandar numerosos caminos, estaba confundido e indeciso. Había terminado el secundario y quería seguir una carrera humanitaria, y sólo hallé la salida cuando oí la voz de Dios que llamaba.
Me dirigí a la parroquia de mi ciudad. En la portería me atendió un joven negro, estaba vestido con sotana, debía ser seminarista.
-Qué desea, señor.
-Quisiera hablar con el párroco.
-Con él habla.
Me sentí intimidado, un frío corrió por mi cuerpo y pensé: ¿Cuál es mi vocación? De todas maneras ya estoy aquí.
-Quisiera alojarme en el convento y estudiar la vida de Jesús y si es mi vocación seguir con el seminario.
-Usted está seguro de lo que desea, esto es un convento y la vida aquí es muy dura.
-Estoy en un estado depresivo, pienso que leer la vida de Jesús me va a ayudar a tomar mi justo camino.
Al lado de la parroquia había una escuela jardín, como me había recibido de maestro pude dar clases a los pequeños.
Mi trabajo con ellos era muy gratificante y mis alumnos me querían mucho, además en el plantel de maestros había mujeres. Una de ellas, Agnes, me ayudaba a entender a los niños más rebeldes. Teníamos largas conversaciones después de las clases, todas acerca de la enseñanza y las vocaciones.
Un día le conté que pensaba cursar el seminario. Ella me miró a los ojos y me dijo:
-Mira que luego debes estar solo al servicio de Dios y la comunidad.
Pasó todo el año y en la fiesta de fin de curso, tanto Carlos como Agnes, trabajaron juntos para el acto. Al día siguiente salieron a recorrer el pueblo en bicicleta, en el camino la bicicleta de Agnes perdió una rueda, ella tuvo que volver a pie y Carlos la acompañó.
Entonces ella le preguntó:
-¿Carlos, todavía tienes la idea de cursar el seminario?
-No sé, Agnes, me parece que mi vocación está aquí al lado tuyo y ayudando a crecer a estos niños que mañana serán hombres, después de todo es lo que siempre quise.
Estaba extraviado en su propio laberinto.
"El puente"/1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: El escriba, 2015, página 20.