Reencuentro por Nilda Alaimo
Tarde fría. El cielo de un gris plomizo. Comencé a caminar en medio de ese sonoro silencio de los días de invierno cuando el aroma de la cafetería de la esquina me invitó a entrar.
¡Sorpresa! Sentada en una mesa, concentrada en la lectura de un libro veo a alguien con quien compartí muchas y valiosas tardes.
-¡Hola profe! Le dije solemnemente. Un placer encontrarte después de tanto tiempo. Aunque... ¿Aquí se pierde la noción del tiempo, no?
Nos unimos en un cálido y sentido abrazo.
-¡Qué linda sorpresa encontrarme con una vieja alumna! Vení, sentate. Te pido un cortado así charlamos de esos inolvidables tiempos pasados.
-¡Con todo gusto! Un cortado con medialunas puede ser... ya que no tenemos aquellos riquísimos budines que preparaban las chicas.
-Contame que haces, te noto pensativa. ¿O seguís tan despistada como antes? como decía una de las chicas (riendo)
-Es que... si me ves pensativa es porque al verte vienen agolpados, recuerdos de esos viejos tiempos.
De esa época, del otro lado del puente, en que nos reuníamos en tu casa en el hermoso quincho mirando al patio andaluz mientras el gatito blanco se paseaba entre las coloridas macetas de malvones.
Y nosotras, con tu ayuda, nos introducíamos en ese mundo mágico de los libros, de la poesía, de los cuentos, dando alas a nuestra imaginación.
-Pero... discúlpame, vos ya eras una mujer leída. Me dijiste que tus preferencias, dado tu carrera eran los ensayos, los textos de psicología, de filosofía...
-¡Justamente! Es que me abriste la cabeza hacia otros mundos. Hacia la ficción, la novela, hacia relat
os que tienen su filosofía pero no son filosóficos...
os que tienen su filosofía pero no son filosóficos...
-¡Sí! la literatura es un lugar preciado, es el lugar donde dijo alguien "se zambullen los sueños", donde se tejen las fantasías más descabelladas, los razonamientos más enigmáticos...
-Y lo conocí con el maravilloso agregado de un grupete de lujo. Todas mujeres con sentido común, potencial creativo, alas en su imaginación y... tortas caseras.
-¡Un lindo grupo de amigas!
-Todas admirábamos tu dedicación, el amor que ponías en tus clases, el abrir nuestras mentes a temas distintos, tu actitud respetuosa hacia nuestros errores, tu entrega a esta maravillosa profesión, "enseñar".
-Es que la manera de compartir la aventura del conocimiento literario, de buscar la libertad interior a través de la lectura más allá de la rutina cotidiana. ¡Mil gracias por tu reconocimiento!
Nos levantamos. Nos abrazamos y caminando lentamente, como en un sueño, penetramos en la profundidad de la nebulosa invernal.